domingo, 16 de septiembre de 2012

La ausencia del velador

Es curioso como alguien llega a acostumbrarse a ciertas cosas o personas, o como por costumbre, tenemos la imagen mental de cierto lugar, algo que siempre vemos igual y que creemos que siempre permanecerá así, donde por muy pequeña o grande que sea la cosa que está ahí, se vuelve parte del paisaje, pero cuando uno de esos elementos falta, deja un vacío que nos hace recordar que no todo es rutina y monotonía, y como cada cosa o persona tiene un papel importante para recrear esa escena.

Hoy siento un vacío, y creo que no soy la única que lo siente. Hace algunos meses comenzó la construcción de una casa, justo enfrente de la mía, por lo que fue necesario que un velador se pasara las tardes y  noches cuidando la obra, el hombre llegaba puntual a las 5 de la tarde, y al día siguiente, a las 8 de la mañana, cuando los albañiles llegaban, se iba a descansar a su casa.

Su soledad era sobrellevada por la compañía de 2 perros callejeros, 2 animales que de repente llegaron, y decidieron custodiarlo. La obra ha terminado, el velador ya se ha ido, y los perros duermen fielmente  afuera de esa casa, a la espera de que él regrese, quizá lo haga, quizá no, pero me acostumbre tanto a esa escena del velador afuera de la obra, sentado en su camioneta, y los perros echados bajo el cobijo de su vehículo.

Llegué a intercambiar algunas charlas con él, y pude darme cuenta de que era un hombre trabajador, humilde y honrado, pero con mucho que ofrecer, pero quizá pocas personas se daban cuenta de ello, hoy no está, y así como esos perros callejeros, hoy lo extraño.




3 comentarios:

  1. Madre mia, que triste!
    Lo de los perros me ha hecho recordar el perrito que dejé en Perú cuando me vine a Japon :(
    No pude traermelo...
    Solía subir al segundo piso a jugar con el todos los dias despues del colegio, y llore mucho cuando me vine y me lo imagine esperandome como siempre. Se llamaba nene, y murio a los pocos meses porque nadie jugaba con el, supongo qu de tristeza... Nunca me voy a olvidar de el.
    Los perros son tan fieles.. Y a veces dan pena porque aunque les digas y expliques que te vas, no entenderan y se quedaran con la insertidumbre de la espera :'(

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  2. Tienes razón, cuántas veces no echamos en falta aa alguna persona o algún objeto cuando ya no están! Me causa mucha tristeza pensar en esos perros esperando a alguien que en principio no volverá. Las personas pueden tener mucho que ofrecer como personas aunque no tengan unos grandes estudios, una profesión determinada o mucho dinero. Besos

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