No hay cosa que me ponga mas triste o de mal humor que un domingo en la noche, es como el final de mi serie favorita, o como el último trocito de mi pastel preferido, y aunque se que al llegar una nueva semana traerá a su vez un nuevo y reparador fin de semana, la noche del domingo me la paso tristeando porque cada minuto que pasa es un minuto menos de libertad, y no me queda mas que esperar que la noche no se pase tan rápido para alcanzar a preparar las cosas para el día siguiente y a su vez seguir disfrutando las efímeras horas que pasan como hojas que se lleva el viento.
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