Más vale prevenir

 Y vaya que se va el tiempo, pensé que llevaba menos sin pasar por aquí, pero ya ha pasado más de un mes pero entre una cosa y otra, la vida solo pasa.

La semana pasada mi suegra sufrió un accidente y su cadera se fracturó, afortunadamente ya la operaron, pero está en el proceso más complicado que es el de la recuperación física y mental, y es entonces cuando me doy cuenta que el estado anímico juega un papel muy importante en la recuperación de cualquier persona, ella está pasandola un poco complicado en cuanto a eso.

Ahora entiendo la importancia de mantenerse activos y   con buen tono muscular, para poder tener fuerza suficiente en caso de tener alguna lesión, de lo contrario las cosas se pueden poner muy complicadas en temas de movilidad

Espero poder hacer lo necesario para mantener la mejor salud posible durante el tiempo que viva, y espero que mi mente no juegue en mi contra, ya que en cosa de nada la vida puede cambiar y ponerse de cabeza, ojalá hubiera un manual para esto que pudiera guiarnos e indicarnos si vamos por buen camino, pero por ahora todo depende de mi y buscaré hacerlo bien, más vale prevenir y cuidarse a tiempo.

     

¿Dónde está el truco?

 El año pasado me animé a hornear  pan de muerto en casa, y este año repetí la hazaña, que si bien fue exitosa, fue algo cansada y algo tardada ya que en la amasada se me fue al menos una hora.

Ya había tomado una clase para saber cómo elaborar estos panecillos esponjosos y deliciosos, pero recuerdo que la cantidad, de masa que preparamos fue pequeña y por tanto más manejable.

La receta que seguí este año y el anterior la vi en Youtube y está muy bien explicada, lo único que no dicen es que el obtener la consistencia correcta de la masa es toooda una hazaña.

Se que mi poca experiencia quizá es un factor de peso, pero de verdad pienso ¿dónde está el truco?, yo terminé con las manos adoloridas de tanto amasar porque el chiste es no poner más harina ya que eso ocasioná que el pan quede más duro.

Me encantaría conocer a un panadero para sacarle los mejores trucos, pero mientras eso suceda, espero no terminar con manos musculosas por tanta friega jijiji.

Aquí el resultado de los panes de la semana pasada, espero me queden bien los que voy a hacer al ratito para actualizar las fotitos.

Las luchas de la tercera edad

 Tengo la fortuna de aun tener a mis padres, ambos son 2 personas de la tercera edad, cada uno con su         paquete de achaques personal que da para la conversación con el vecino, esas charlas donde cada quien habla sobre su dolencia actual.

Mi padre es diabético, pero su mayor mal es la depresión, ya que desde que dejó de trabajar en su peluquería, ya no ve sentido a su vida y poco a poco ha permitido que sus músculos se atrofien por el poco movimiento que tienen.

Diariamente veo como se le dificulta caminar y usa las paredes o cualquier bulto que se cruce en su camino para sostenerse, pero se rehusa a usar un bastón o una andadera que bien pudiera ayudarle a mejorar su movilidad.

Es algo que no puedo entender, no se por qué tal negación a usar uno de estos aditamentos cuyo fin es ese, dar soporte a quien tiene problemas de movilidad, y es algo que no veo solo en mi padre, sino en otras personas de la tercera edad, quienes en vez de apoyarse de estos medios, se exponen a una caída que pudiera tener consecuencias lamentables.

No sé si es la negación de que el cuerpo ya no es lo que era, o el sentir que aun se es autosuficiente, pero es un patrón que veo en muchas personas mayores.

Aun no me toca llegar a esa etapa, no se siquiera si lo haré, pero espero mi mente no se nuble al llegar esa edad, que si bien se considera el ocaso de la vida, creo que aun pudiera tener momentos que permitan disfrutar lo poco o mucho que quede de vida.

Se que nadie experimenta en cabeza ajena, yo quisiera que mi padre pudiera ver las cosas como yo las veo, pero a fin de cuentas no estoy en su piel, y no se todas las luchas que a diario experimenta, esas luchas de la tercera edad...

La mejor compañía

 Soy dueña de 4 perros grandes, 3 de ellos ya viejitos y uno ya es adulto pero aun  está jovenazo; cada uno tiene sus perronalidades que los hacen únicos y la verdad es que no imagino la vida sin ellos, aunque se que un día tendré que despedirme  ya que como dice la canción, lo bueno siempre tiene un final y ellos no pueden ser eternos.

En estos meses de encierro han estado conmigo y haciendome  compañía, nos hemos acostrumbrado tanto a estar juntos, que no veo como pueda ser el regreso a la oficina y ellos deban de quedarse solos en casa.

Cuando mi esposo sale, ellos se quedan conmigo y siempre van tras de mi, si voy a la cocina, al menos uno me acompaña, realmente compartimos muy buenos momentos juntos , son tan flojonazos como yo que podemos pasar horas en el sofá, sin duda son la mejor compañía y mas que mascotas, son mi familia :)

Batalla contra el sobrepeso

 Mientras escribo esto, acabo de comerme unas rebanadas de pizza y degustar unas golosinas de tamarindo. Esto me lo permito solamente en fin de semana, pero he de decir que la semana que ha pasado me dio mucha ansiendad comer cosas que no tengo "permitido" comer.

El sobre peso es algo contra lo que estoy luchando, si bien ya voy camino a alcanzar mi meta, la verdad es que es una lucha constante contra ciertos antojos, y definitivamente se que tener un peso adecuado implica tener hábitos saludables y autocontrol permanente, no se puede esperar mantener un peso que se ha perdido retomando los hábitos que nos hicieron subir de peso, se debe hacer un cambio y mantenerlo para que de esa forma los efectos sean permanentes.

Constantemente me encuentro en la disyuntiva de en qué ceder para darme algun gusto, pero la verdad en ocasiones sí llega a ser muy complicado y el antojo me domina.

Sin embargo, he descubierto que hasta el cambio más pequeño puede tener grandes resultados, lo importante es decidirse a dar el paso y mantener la batalla activa contra el sobrepeso.

¡Sí se puede!

La segunda dósis

Desde hace un tiempo he sabido de algunas personas que están en contra de las vacunas, de cualquiera  de ellas, y por eso es que han vuelto a enfermedades que habían estado de alguna manera erradicadas; yo respeto la opinión de las personas pero  no coincido con esa forma de pensar, y si ese era un tema polémico, algunas personas se han unido al club antivacunas al no querer vacunarse contra el maldito bicho que ha puesto al mundo en jaque y que se resiste a dejarnos en paz.

No se que nos depara el futuro, y se que posiblemente la vacuna aun no es la solución, pero siento que sí nos puede dar un poco de tranquilidad, hoy precisamente me tocó mi segunda dosis, espero que esta vez no me haga ninguna reacción ya que con la primer dósis sí me sentí mal.

Han pasado tantas cosas alrededor del mundo, no se qué más pueda pasar, pero lo único de lo que estoy segura es del momento en el que estoy viviendo, y se que debo disfrutarlo al máximo ya que todo puede cambiar de manera inesperada, ojalá al menos ese pensamiento sea algo que compartamos la mayoría porque ahora estamos, mañana quien sabe.

Aquí nos tocó vivir

A veces la realidad político-social que nos toca vivir como habitantes de un país no es la mejor, muchas veces no estamos de acuerdo con la forma de proceder de los gobernantes, o sentimos que estamos (y posiblemente estemos) en una situación precaria,  pero realmente, nuestras inconformidades resultan un juego de niños cuando miramos la realidad que se vive en otros países, por ejemplo en Afganistán, que con la ocupación Talibán, la situación para las mujeres es ahora incierta.

Tambien volteando a ver la realidad de países como India y Pakistán que viven un continuo conflicto en su frontera, y donde se ve tanta desigualdad y pobreza, realmente me hace hace sentir  afortunada de vivir donde vivo, y si bien la situación no es buena, dista mucho de lo que viven otras personas.

En todos lados es cuecen habas, pero realmente hay lugares donde nacer pareciera un castigo del destino y se que nacer es un regalo de la vida, pero no imagino como sería vivir en lugares como aquellos donde su realidad me parece totalmente aberrante y me hace pensar que la vida no es justa, realmente ha sido una fortuna nacer de este lado del charco.

Ojalá algún día las cosas mejoren, lamenteable, quien no conoce la historia está condenado a repetir los mismos errores, y eso siento que es lo que nos sucede como humanidad, vivimos en un ciclo que constantemente se repite y es difícil de romper, pero como dice Cristina Pacheco, aquí nos tocó vivir.